Hace mucho tiempo, una joven llamada Antonela se casó y fue a vivir con el marido y la suegra.
Después de algunos días, no se entendía con la señora.
Sus personalidades eran muy diferentes y Antonela fue irritándose con los hábitos de la suegra, que frecuentemente la criticaba. Los meses pasaron y Antonela y su suegra cada vez discutían más y peleaban. De acuerdo con una antigua tradición china, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo. Antonela, no soportando mas vivir con la suegra, decidió tomar una decisión y visitar a un amigo de su padre.
Después de oírla atentamente, el tomo un paquete de hierbas y le dijo: "No deberás usarlas de una sola vez para liberarte de tu suegra, porque ello causaría a sospechas. Deberes darle varias hierbas que irán lentamente envenenando a tu suegra. Cada dos días pondrás un poco de estas hierbas en su comida. Ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable.
No discutas, ayúdala a resolver sus problemas. Recuerda tienes que escucharme y seguir todas mis instrucciones".
"Si, Sr. Huang, haré todo lo que el señor me pida". Antonela quedó muy contenta, agradeció al Sr. Huang, y volvió muy apurada para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra.
Pasaron las semanas y cada dos días, Antonela servía una comida especialmente tratada a su suegra. Siempre recordaba lo que el Sr. Huang le había recomendado sobre evitar sospechas, y así controlo su temperamento, obedecía a la suegra y la trataba como si fuese su propia madre.
Después de seis meses, la casa entera estaba completamente cambiada. Lili había controlado su temperamento y casi nunca la aborrecía.
En esos meses, no había tenido ni una discusión con su suegra, que ahora parecía mucho más amable y más fácil de lidiar con ella. Las actitudes de la suegra también cambiaron y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.
Un día Antonela fue nuevamente en procura del Sr. Huang, para pedirle ayuda y le dijo: "Querido Sr. Huang, por favor ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra. Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre. No quiero que ella muera por causa del veneno que le di".
El Sr. Huang sonrió y señalo con la cabeza: " Antonela no tienes por qué preocuparte. Tu suegra no ha cambiado, la que cambió fuiste tú. Las hierbas que le di, eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en su mente, en su actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que pasaste a darle a ella".
En la China existe un adagio que dice: "La persona que ama a los otros, también será amada".
La mayor parte de las veces, recibiremos de las otras personas lo que les damos y por eso ten cuidado. Recuerda siempre: "El plantar es opcional, pero la cosecha es obligatoria, por eso ten cuidado con lo que plantas
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