jueves, 7 de mayo de 2009

Muchas veces nos preguntamos…



Muchas veces me he preguntado, por qué el miedo nos aleja de nuestros sentimientos y de nuestro camino a la felicidad.

Una persona que vive en un estado de armonía y se acepta tal cual es, genera un camino de seguridad, seguridad que se gana con la intensión de querer construir una vida en cada momento en unidad con la fuente de la vida, no aparenta ser diferente de la gente corriente.

Estas personas no lucen un halo ni se visten con ropas especiales que anuncien sus cualidades divinas. Pero cuando notas que van por la vida como los afortunados que parecen obtener todas las ventajas, y te pones a hablar con ellos, te das cuenta de lo singulares que son comparados con las personas que viven en los niveles ordinarios de consciencia.

Pasa algunos momentos conversando con estas personas que ya están conectadas con el poder de la intención y verás lo especiales que son.

Estas personas, conectadores para resaltar su armoniosa conexión con el campo de la intención, son individuos que se han hecho a sí mismos disponibles para el éxito. Es imposible encontrarlos en un estado de pesimismo con respecto a la consecución de lo que desean para sus vidas.

En vez de utilizar un lenguaje indicador de que sus deseos no pueden materializarse, hablan desde una convicción interior que comunica su simple y profundo conocimiento de que la fuente universal que suministra todo.

Esa fuente es la certeza, de saber qué se quiere y como lograrlo en cada experiencia generada a lo largo de nuestra vida, pero algo si es real, cuando encuentres el amor en tu vida sólo reconócelo, vívelo y siéntelo, ya que en nuestras redes neuronales instalan, energía que se plasma con la fuerza de nuestra intensión.

A veces la fuerza de la intensión, nos lleva a guiarnos por el corazón, pero nuestros límites y creencias nos recuerdan que el día que queremos ser libres e intentamos volar y correr nos acordamos de las costumbres y volvemos a lo mismo otra vez. Rompe con la costumbre enfrenta desde tu ser, tu vida y vívela, porque hoy por hoy sólo se vive una vez, en cada vida.